¿Qué sería de la literatura sin un buen crimen que mantiene al lector pegado a sus páginas, intentando resolver en simultáneo quién cometió el asesinato, los motivos y todos los elementos que hacen a un buen misterio? La novela negra es un género que se mantiene en alza, que nunca deja de atrapar a lectores con sus detectives conflictivos.
El desarrollo de la novela negra con autores clásicos como Chandler y el boom de la novela negra escandinava con Larsson a la cabeza, han logrado que el género se mantenga vivo. Sin embargo, hay una diferenciación importante entre escribir novela negra y realmente hacerlo bien. El escritor debe cuidar los argumentos, que sean verosímiles y usualmente de una complejidad psicológica tanto en quien busca resolver el caso, como en la persona que debe resolverlo. Son novelas sofocantes por los ambientes claustrofóbicos en los que se desarrollan.
La literatura panameña puede sentirse cubierta en ese sentido, con dos escritores locales que han sabido representar el género con creces. No sólo realizan un trabajo formidable en construcción de personajes -algo que parece obvio y sin embargo, muchas veces en la literatura panameña se puede apreciar cierta pobreza en este aspecto- sino que elaboran crímenes a la altura de lo que el género exige. A pesar de no ser los más publicitados, tanto Ramón Francisco Jurado como Osvaldo Reyes, atravesaron la línea que divide la mala literatura de la buena. Y dejan a Panamá en alto.
¿Cuánto los inspira Panamá en sus novelas? ¿Hasta dónde pueden llevar este género? ¿Cómo elaboran personajes tan poderosos? De esto y más, hablarán estos dos autores panameños en la mesa redonda Panamá noir, en el marco del Festival Eñe que tiene este año como sede a Panamá. La charla será moderada por Rogelio Terán y se llevará a cabo el próximo jueves 4 de diciembre, a as 19.00hs en Exedra Books.